Cuando aún no se apelaba a la esperanza
ni se extirpaban nuestras alas
para sentir
el vuelo de la sangre.
Cuando lo eterno
dilataba la dicha
de un instante
y los peces mutaban
bajo el cielo hundido
de las aguas.
Cuando los ángeles
aún no eran de cuarzo
y el prisma del verso
acrisolaba la palabra amor.
Cuando aún la vida
no era una danza
en el polvo del viento
ni el dolor heraldo oscuro
del infinito.
Tú y yo
ya eramos mar y viento,
presente perpetuo,
hálito y verso
de una mañana sin regreso...
Tiene el tono de los poemas que me gustan. saludos poeta
ResponderEliminargracias amigo por tu breve comentario saludos fransisco
ResponderEliminarHermoso poema lleno de ese reconocimiento total del amor.
ResponderEliminarRecibe mis felicitaciones poeta!
GRACIAS AMIGO , POR TU AGRADABLE COMENTARIO , SALUDOS GUSTAVO
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